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¿Alguien prohibió el uso de la agenda?

Volviendo a la escena que le mencionaba la podríamos encontrar junto a frases como “se me pasó” o “la verdad es que me olvidé”, o un increíble pedido a un cliente “porque no me llamas para que lo tengamos presente”.

¿Alguien prohibió el uso de la agenda?Días pasados presencie un episodio que lamentablemente no me llamó la atención, y que además por lo repetitivo de la escena me llevo a preguntar “¿alguien prohibió el uso de la agenda en éste comercio?”. Volviendo a la escena que le mencionaba la podríamos encontrar junto a frases como “se me pasó” o “la verdad es que me olvidé”, o un increíble pedido a un cliente “porque no me llamas para que lo tengamos presente”.Creo que la sensación más común por éstos días que nos tocan vivir es que el tiempo es efímero, que no alcanza, que se nos pasa volando, que tenemos permanentemente pendiente actividades que pensábamos que podíamos hacer a tiempo y sin embargo no llegamos, que claramente es una misión imposible encajar una inmensa cantidad de actividades en un día limitado en horas (por ahora de 24)Pues entonces, como manejar un recurso escaso como el tiempo si no lo administramos correctamente. Mi respuesta a éste problema común es una solución común, a mano de todos, indispensable para todos los que tengan varias actividades en el día y que éstas requieran una organización, aunque sea mínima es portátil, puede tener o no baterías y cables, y en lo que estoy pensando no es una adivinanza …por supuesto es la agenda.Más allá del chiste, estoy seguro que parte de resistencia de su uso tiene que ver con la cultura de la buena administración del tiempo en la empresa, y como en muchas otras cosas necesita de los buenos ejemplos. Por eso le propongo que hoy en el primer huequito de tiempo que tenga, empiece a completar su agenda y luego no de respuesta que estén vinculado a su tiempo futuro sin registrar o sin consultarla.Alejandro Bogado

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